REY:
En la Edad Media, para solventar la costosa vida del
monarca y su corte lo que se hacía era cobrarle a cada habitante un valor por
el solo hecho de ocupar la tierra que era de su “divinidad”, en tanto, hoy en
día y aunque con otro nombre un poco más moderno y actual, el de impuesto, los
ciudadanos que viven bajo un régimen monárquico, siguen solventado los gastos
de sus reyes a través del pago de impuestos.
NOBLES:
El noble es quien ostenta la condición o el
título de nobleza, que constituyó desde la antigüedad una alta dignidad, y
posteriormente un concepto «socio-grupal».
En la Edad Media y en el Antiguo Régimen, era uno de los tres estamentos junto con el clero y el tercer
estado. Su carácter preponderante fue prácticamente abolido en la esfera
política, ante el cuestionamiento de la legitimidad de su dominio y frente al
argumento de la Ilustración. Su
influencia se mantuvo aún después de las revoluciones
burguesas y proletarias, no
obstante las permanentes presiones por eliminar una distinción introducida
entre seres humanos esencialmente iguales.
CLERO:
Clero es el nombre colectivo que engloba de forma
general a los que han sido ordenados en el servicio religioso: obispos, sacerdotes y diáconos. El
nombre individual es clérigo.
CAMPESINOS:
Con arreglo a las leyes medievales,
un campesino no era dueño de sí mismo. Todo, incluida la tierra que trabajaba,
sus animales, su casa, y hasta su comida, pertenecía al señor del feudo.
Conocidos como siervos de la gleba, los campesinos estaban
obligados a trabajar para su Señor, a cambio de una parcela de tierra para
cultivo propio. Su vida estaba llena de penalidades. Muchos se afanaban para
producir alimentos suficientes para sus familias y para cumplir con su señor.
Les estaba prohibido marcharse del feudo sin permiso, y para un campesino, la
única manera de obtener la libertad era ahorrar el dinero necesario para
comprar un lote de tierras, o casándose con una persona libre.
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